Aborto financiero: ¿Deberían los hombres poder elegir si quieren ser, o no, padres?

En un mundo donde cada vez son más comunes las relaciones de una sola noche, gracias a la uberización del romance, me parece importante hablar de este tema porque va a ser más común en los litigios de derecho de familia.

Porque las cosas hay que decirlas claras: Hoy pocas personas quieren comprometerse. Cada vez es más común entre hombres y mujeres menores de 30 años apostarle a su tranquilidad, carreras o placer, en lugar de invertir tiempo en una relación seria. Incluso quienes buscan una relación seria hoy en día terminan siendo parte de se juego y teniendo múltiples parejas sexuales.

Entonces, ante este panorama, ¿Qué pasa cuando una mujer queda embarazada en este tipo de relaciones? Las mujeres tienen fácil la decisión, dado que es su cuerpo y ellas verán si abortan o deciden tenerlo. ¿Pero y el hombre? Pues el hombre se jode, ya que las leyes preexistentes lo obligan a asumir esa paternidad sí o sí. No importa si estuvo planificando, si lo engañó una de las becerras de su ganado (decirle que estaba planificando cuando en realidad no era así) o si de entrada le dijo a esa persona que NO quería tener hijos. Esto hace que toda la decisión sobre su condición de padre termine siendo tomada por una vieja de la cual, posiblemente, ni siquiera sabía su apellido.

Hoy quiero hablarles sobre un caso de 2006 que actualmente se está usando como símbolo de lo que cada vez se considera una injusticia entre algunos sectores. No fijaré posición, aunque pueda parecerlo, ya que este debate debe darse y es difícil fijar postura.

Caso Dubay v.Wells

Este caso, desarrollado en una Corte de Michigan en 2006, trata sobre un hombre (Dubay) que mantuvo una breve relación con una mujer, manifestó que siempre le dejó claro que no tenían una relación seria y que él no quería tener hijos. El demandante manifestó que siempre planificó, pero que dejó de hacerlo porque la mujer (Wells) le dijo que ella estaba tomandose la píldora. No obstante, Wells quedó embarazada y decidió demandar a Dubay por la paternidad (proceso de filiación), proceso en el cual se demostró que Dubay era el padre y se le condenó a asumir la cuota alimentaria correspondiente.

Ante esta situación, Dubay presentó un equivalente a las tutelas colombianas, en donde alegaba que con ese fallo judicial, y dada la forma en que se desarrolló la relación, se le vulneraban sus derechos fundamentales, como quiera que:

  1. Él siempre fue muy claro con Wells sobre la naturaleza de la relación.
  2. Siempre fue muy claro sobre que no quería ser padre.
  3. La declaración de paternidad le generó daños psicológicos y repercusiones sociales.
  4. Él no está preparado financieramente para mantener un menor.
  5. El argumento más importante: Las mujeres tienen la capacidad para decidir cuando quieren, o no, ser madres, y que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos de América ya había dejado claro en otro Fallo (Roe Vs. Wade) que el estado no tiene ninguna facultad para intervenir sobre una decisión tan personal como asumir una maternidad. Sin embargo, el hombre no tiene esa elección y, en consecuencia, se le está vulnerando su derecho fundamental a la igualdad.

Puede descargar el fallo completo aquí: Dubay v. Wells

Este fallo terminó en que la Corte denegó las pretensiones de Dubay, alegando que no había en la legislación ninguna ley que le permitiera safarse de la obligación financiera que tiene como padre, que esta obligación es una consecuencia de haberse probado que él es el padre biológico del menor, y que él debió pensar en eso antes de tener relaciones sexuales (si, así lo dice). Además, indica que no se puede comparar el derecho de abortar de una mujer con la «inmunidad» legal (según lo describió la defensa) que él estaba pidiendo para no hacerse cargo de un menor.

En mi opinión, este fallo se basó en un sinnúmero de prejuicios que son igual de repugnantes cuando se aplican por los mal llamados «pro-vida» para descalificar a las mujeres que abortan:

  1. Pensar en eso antes de tener relacione sexuales: Los imbéciles que definenden este argumento no tienen en cuenta que exigirle a una persona una conducta, supuestamente moralmente superior, sobre una actuación ya realizada es, sino una canallada, una postura infantil que no cambia en nada que el daño está hecho y debe corregirse. Y tampoco tiene en cuenta que ese paternalismo no va a evitar que una persona deje de tener relaciones sexuales. Pensar de esta forma sería equivalente a interferir en la vida sexual de las personas y ponerles una cortapiza para que no disfruten de su sexualidad.
  2. No se puede comparar el derecho de abortar de una mujer con un aborto financiero: Obviamente, no son comparables biológicamente porque los hombres no podemos abortar. Pero en este caso el Juez no analizó lo injusto que resulta que una paternidad de un hombre termine siendo impuesta por una mujer ramdom que ese hombre nunca se tomó en serio (y que por demás fue muy claro sobre lo que quería). Además no analizó las manifestaciones realizadas por Dubay sobre el engaño al que fue sometido frente a las pildoras anticonceptivas (si bien esto es dificil de probar en un juicio). En este orden de ideas, podria compararse el derecho de una mujer a abortar con un aborto financiero, dado que el proyecto de vida del hombre se ve afectado con una paternidad no deseada.

Pero más allá de estos argumentos flojos, este es un fallo muy interesante porque abre el debate jurídico, ético y moral sobre el aborto financiero. De hecho, el caso generó en su momento toda una tormenta mediática, como lo recordo el portal Vice en este artículo de 2018, quien citó las siguientes declaraciones de uno de los intervinientes:

«El caso de Roe contra Wade dio a las mujeres el control de sus vidas reproductivas, pero nada ha cambiado en las leyes para los hombres», explicó Mel Feit, director del Centro Nacional para los Hombres, en un comunicado de prensa emitido en aquel entonces. «Las mujeres tienen ahora el control de sus vidas tras un embarazo no planificado, pero a los hombres se les obliga siempre a ceder el control, a ser económicamente responsables de decisiones que solo se permite tomar a las mujeres, y a renunciar a la elección reproductiva.

Kim Gandy, entonces presidenta de la Organización Nacional de Mujeres, declaró a la CNN: «Los hombres han tratado de eludir la responsabilidad de sus hijos durante años. Este individuo no debería salirse con la suya».

Discusiones que se deberán surtir en el futuro

El mismo portal Vice nos expone como este fallo, en el que Dubay jamás tuvo la oportunidad de ganar, dejó abierto el debate sobre la posibilidad de los hombres de decidir sobre su paternidad, tal como lo hacen las mujeres. Pero más allá de lo que dice esa nota de prensa (que usted debe leer), hay unos aspectos que deben estar sujetos a debate:

  1. ¿Qué es más importante: Los derechos del niño que ya nació o los derechos de un hombre a escoger si quiere o no ser padre? Este análisis es importante, porque como lo dijo el fallo, un hombre y una mujer no se safan por igual de su responsabilidad paterna. Mientras la mujer decide si quiere o no traer un hijo al mundo, Dubay estaba pidiendo no ser responsable de un bebé que ya existe, y que tiene derechos. Desde esa perspectiva, no se le puede negar al bebé su derecho a los alimentos. Pero… y el afecto? ¿No sería más injusto para un niño crecer sabiendo que su padre sólo fue un papá de plata?. ¿Vale la pena exigirle a un hombre ser el padre de un bebé sobre el cual no tiene absolutamente ningún interés, incluso desde antes de que naciera?
  2. ¿Un papá de plata es un verdadero padre?
  3. ¿A un hombre que deja clarísimo que no desea ser padre, pero que le prueban que es el padre biológico de una criatura, lo están condenando a ser padre o a asumir un pasivo de manera indefinida?
  4. ¿Es justo que alguien deba asumir consecuencias económicas no deseadas por ejercer su sexualidad de manera libre y responsable?
  5. ¿Qué motiva a una mujer a demandar a un hombre, con el que sólo pasaba el rato, para que reconozca al bebé? ¿Apoyo económico? ¿Venganza? ¿No dejar al bebé sin papá? Esto es importante, porque esas razones son egoistas y, sobre el apoyo económico, bastante hipócritas si partimos del hecho de que de entrada se asume como imperativo categórico que un hombre debe ser responsable financieramente de sus hijos no deseados. ¿O es que acaso la liberación femenina sólo hizo libres a las mujeres de tener derechos pero no de asumir las consecuencias de sus actos (que siguen en cabeza de los hombres)?
  6. Si una mujer necesita de un hombre para sacar adelante un embarazo no deseado (que pudo elegir si tener o no), ¿Por qué le debe dañar el proyecto de vida a él también si ella también es igual de consecuente de lo que implica tener relaciones sexuales?
  7. ¿Se le debe exigir a un hombre, que no quiere tener hijos, la vasectomía para que pueda tener relaciones sexuales de manera libre, para que así no asuma las consecuencias de su actos?

Como ven, es un debate muy sensible. Debate que dará de qué hablar en el futuro por todo lo que expuse al inicio. Los abogados debemos estar listos cuando veamos estos problemas jurídicos en nuestros despachos, de modo que podamos defender los derechos de los hombres que se encuentren en esta circunstancia. O en su defecto, de la mujer que desee iniciar las acciones legales ante la negativa de un hombre a asumir la paternidad.

No obstante, mi consejo legal para todo hombre que no quiera tener hijos, y que además no desee tener relaciones estables, es que use condón, aún si la mujer le dice que está planificando. También establecer un acuerdo sobre qué pasará en caso de un embarazo no deseado (Pero aún si ella dice que abortarán, siga usando condón o asegurese de que si está planificando)

2 respuestas a “Aborto financiero: ¿Deberían los hombres poder elegir si quieren ser, o no, padres?”

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