Imagine esta escena: Acaba de llegar a su casa, algo cansado. Sólo quiere relajarse. Pero no puede hacerlo si primero no revisa la correspondencia que le haya llegado. La recoge, la examina lentamente. Y entre los anuncios de arroz chino y de cursos de reparación de celulares apareció un documento en el cual se le informaba que había sido demandado. Ese día usted no sólo no se relajó, sino que posiblemente tampoco pudo dormir.
Pues si este es su caso, entonces siga leyendo.
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