Hoy, después de casi seis años, por fin abrieron el Palacio de Justicia de Cali: Un edificio hecho a las patadas en el peor lugar habitable de esta linda ciudad. Si no fuera porque es un edificio necesario en la ciudad, sería un elefante blanco.
Pero no se trata de criticar porque no todo es malo. Hoy, y debido a que tenía varias cosas que hacer en los juzgados, decidí hacer un poco de turismo por ese edificio, y lo que encontré me sorprendió.
La peor distribución posible.
Comencemos por lo malo. El edificio parece que fue distribuido por imbéciles gente que no tiene la menor idea sobre prestación de servicio. Todos los juzgados más utilizados (laborales, civiles, familia y penales) están en los últimos pisos de esa torre, mientras que las salas de audiencias están ubicadas en los pisos inferiores. Este es el resultado:
Esa foto la tomé hoy a las 3:41 de la tarde, cuando me desocupé de todo mi trabajo. La fila que ven ustedes es la fila PARA ENTRAR AL EDICIO, la cual es básicamente la prolongación de la fila para usar los ascensores. Esta es una fila que, en principio, no debería de ser tan larga, pero esto está ocurriendo por dos razones:
1. Porque el edificio no está totalmente terminado: Aún falta la torre A, la más pequeña, y la fachada original no está habilitada, por lo cual esa incomoda entrada será lo que tendremos los usuarios por los próximos 5 años, si de pronto no ponen otra bomba.
Como dato cultural, si se fijan bien, el edificio ya está siendo rayado, a pesar de estar recién pintado. Supongo que eso pasa cuando construyes edificios con pretensiones de ser emblemáticos en la peor parte de la ciudad para construir. Es como poner un televisor LED de última generación en el baño.
2. Porque, como ya les dije, la distribución no fue la más indicada. Si los juzgados que más utiliza la gente hubieran quedado abajo, como era antes, el ascensor no se congestionaría porque más gente usaría las escaleras (o gradas, como se llamen), pero los “genios” que reorganizaron la distribución del edificio decidieron reorganizar los Juzgados así:
Bueno, tal vez estas personas no son tan brutas. Quizá son iluminados con inteligencia superior en un mundo que no los comprende. Tal vez algún día entenderemos por qué decidieron que la gran mayoría de usuarios del edificio, entre los que se encuentran ancianos y mujeres embarazadas, deben hacer una fila de 15 minutos para tomar un ascensor que los lleve al séptimo piso, donde están los juzgados de familia. O tal vez algún día la historia les agradecerá por poner las salas de audiencias en los pisos inferiores, aumentando el riesgo de fuga de los presos que van a allá para sus audiencias.
Mi gran temor: La oficina de reparto.
Durante la reparación del Palacio de Justicia, me acostumbré a usar la antigua oficina de reparto. Como nunca ejercí el derecho en el Palacio de Justicia, jamás supe lo que era la oficina de reparto de ese edificio, de la cual muchos abogados hablaban con desprecio, principalmente porque quedaba ubicada en plena calle. Hoy, luce más o menos así:
De antemano disculparán el pésimo trabajo de reportería gráfica, pero VAMOS!, que no soy periodista, soy Abogado (y eso que uno con un gran camino por delante)
Como ven, hay muchos ciudadanos sentados. Los que están de pie esperan el ascensor QUE ES PARA LOS FUNCIONARIOS JUDICIALES. El otro ascensor, que está detrás de la pared, está más congestionado que un MIO.
Esto me hace preguntar si perderé mucho tiempo radicando las demandas. Si alguien radicó una demanda sería bueno que nos dijera cuánto me demoré.
Pero no todo es malo
El edificio, sorprendentemente, está totalmente climatizado. Es más, las ventanas no se pueden abrir. Esto hace que ir a ese lugar sea una experiencia agradable. Eso si, los funcionarios no se veían muy contentos (o al menos no percibí eso) a pesar que que sus niveles de amabilidad alcanzaron niveles sorprendentes, seguramente gracias al aire acondicionado.
Ese “aclimatamiento” del edificio, en la práctica quiere decir que, aunque subas corriendo las gradas para ir al piso 17 jamás vas a sudar, aunque te cansarás más rápido. Y que, si eres hombre, podrás ir de saco y corbata a la vieja usanza. Atrás quedaron esos seis años en los que los abogados caleños ejercíamos prácticamente con guayaberas (yo incluso pensé ir en pantaloneta, pero el pudor me ganó).
Claro que hay cosas que hay que mejorar. En primer lugar, nunca recibí la menor señal de WIFI desde mi celular cuando estuve en ese edificio. Aunque el plan de datos si me funcionaba bien. Sería bueno que incluyeran una señal gratuita de WIFI para los usuarios del Palacio, cosa que sería de gran ayuda para muchos abogados (en especial los abogados jóvenes y tacaños con el plan de datos como yo).
Así mismo, sería excelente si el Gobierno se mete la mano al bolsillo y recupera el sector que rodea al Palacio de Justicia, que luce así desde la altura.
Y eso que no tomé una foto del lado donde está el Calvario, la olla de Cali que queda justo al frente.
¿Será el fin de las incomodidades para la justicia?
En resumen, el edificio me parece incomodo para entrar, pero muy cómodo para quien necesite estar mucho tiempo en él metido. No le tomé fotos a los juzgados, porque me dio pena pedir permiso para algo tan banal. Pero puedo decirles que la atención de quienes trabajan en ellos se nota más amable, aunque las oficinas son pequeñas (se achican más porque vienen con un archivador gigante que ocupa medio espacio) y se ve el mismo apiñamiento de procesos regados por cualquier lado. Eso, sumado a que tienes que pelearte por el espacio para poder apoyar el expediente mientras lo consultas, es algo casi que endémico en la Rama Judicial, así que sólo diré que a lo mejor los diseñadores del edificio lo dejaron como un recordatorio de nuestra administración de justicia es del tercer mundo, a pesar de la opulencia que la pueda rodear de vez en cuando.
En todo caso, vale anotar que a partir de este mes muchos Juzgados se prepararán para trabajar bajo la oralidad de la Ley 1395 de 2010, para posteriormente trabajar bajo el Código General del Proceso. Por lo cual opino que los juzgados fueron diseñados para funcionar bajo un sistema oral, donde ya no se necesita tanto espacio físico.
Para terminar, como abogado, y como ciudadano, sólo espero que ese edificio venga acompañado de una mejor infraestructura tecnológica, para que así la justicia pueda funcionar en el Siglo XXI de una vez por todas. Además, espero que hayan más ascensores disponibles, mayor seguridad alrededor del edificio (que como ya les dije, está en un sector deprimido de la ciudad) más fotocopiadoras para la gente (porque sólo hay una disponible para los usuarios, y está en el piso noveno, hasta donde sé) y el bendito WIFI, que hoy es taaaan necesario…
Una respuesta a “Mi experiencia en el Palacio de Justicia”
Pues muy buen artículo y un gran trabajo periodístico. Aunque leerlo e imaginarme ese escenario me dio mucha rabia y tristeza por cómo está nuestra justicia de mal dirigida y mal dotada.
Me gustaMe gusta