Este tema me lo preguntan mucho, y no lo había respondido porque quería esperar cómo me iba en un asunto personal con una inmobiliaria muy importante. Y gracias a mi cercanía con alguien muy especial que trabajó en una inmobiliaria, decidí escribir este artículo.
La informalidad en materia de contratos de arrendamiento de vivienda urbana ha llevado a que se presten muchos abusos: Desde el cobro de depósitos para garantizar el pago de los cánones, hasta el desahucio de arrendatarios por fuera del término previsto y por causales ajenas a la realidad.
Es por ello que hoy voy a aclarar una duda que muchos tienen frente a este contrato, y es el límite en el precio del arrendamiento (cánon).
Fundamento legal: Ley 820 de 2003, Artículos 1982, 1985, 1986 del Código Civil
De acuerdo con el Dane, el 36,9 % de los colombianos vivía en arriendo para 2021, y hubo un incremento en 1,2 puntos porcentuales frente a 2019. Esto significa que más gente vive en arriendo, y que e incremento se ha dado por la pandemia. No sería nada descabellado afirmar, entonces, que somos un país de arrendatarios, que en tal condición enfrentamos distintos dilemas, problemas e inconvenientes con la ejecución de los contratos de arrendamiento, sin saber exactamente qué hacer o a dónde dirigirnos.
Esta guía la escribí en 2014, pero la he venido actualizando con los años. Le he corregido ortografía, la he pulido un poco estéticamente, y la he complementado para incluir aquello que se me escapó cuando la escribí. Por lo tanto, este artículo seguirá siendo la guía más completa sobre este tema que podrá encontrar en Colombia, explicando los aspectos más relevantes de esta figura jurídica de manera sencilla y dirigida a los no abogados. Es importante aclarar que no busco que esta guía se convierta en doctrina para abogados, aunque estoy seguro que a ellos también les servirá y me ayudarán a mantenerla actualizada con sus aportes.
Aprovecho para recordar que este artículo se lo dediqué a la novia que tenía en ese entonces, y quiero mantener esa dedicatoria. Sin ella, esta guía no habría sido posible porque se nutrió de su experiencia como trabajadora de una inmobiliaria.