Lo que nadie tiene en cuenta cuando compra carros y casas usadas en Colombia

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Nos han dicho qué hay que sacar certificados de tradición de una casa y de un carro, que hay que revisar las escrituras de las casas para verificar la validez de la tradición, que hay que hacerle peritajes técnicos a los carros. ¿Pero, es eso suficiente?

En Colombia, la compraventa de casas y carros usados es un negocio común, sobre todo de carros. Y por ello las personas siempre están pendientes en este país de los pasos básicos para comprar ese tipo de bienes, que son más o menos parecidos y se resumen en tres simples pasos:

  1. Verificar que estén al día en en pago de impuestos y otras obligaciones propter rem.
  2. Hacer una promesa y un contrato de compra venta (en el caso de las casas, hay que elevarlo a escritura pública, ya que los notarios tienen que comer y los políticos de este platanal tienen que seguir usando las notarías para pagar favores políticos. De lo contrario, hace rato hubieran desaparecido por inútiles)
  3. Registrar la compraventa en el certificado de tradición de la casa o del carro, según corresponda.

Pero hace poco me pasó algo que me hizo ver que comprar carros y casas usados (pero sobre todo carros) es un tema delicado que no se limita sólo a aspectos contractuales. Tal vez otros abogados les parezca obvio lo que voy a decir, pero debo reconocer que yo nunca había tenido esto en cuenta hasta hace un mes.

Lo que sucedió es que fui testigo de un atentado a mano armada.

El hecho ocurrió así: Un vecino estaba esperando en su carro el cambio de semáforo en un carro relativamente nuevo y de una marca bastante reconocida, de fácil salida si quisiera venderlo y de un modelo que cualquier persona quisiera tener. Cuando de pronto fue víctima de unos delincuentes que iban en moto. Estos sujetos, como es usual en estos casos, estaban armados, pero procedieron de cierta forma que me hizo pensar que a mi vecino no lo querían robar. Lo querían matar.

Si lo hubieran querido robar, estos pillos hubieran seguido el patrón común en estos casos, que es acercarse a la ventanilla del conductor e intimidarlo para que les entregue las cosas. Pero a mi vecino le dispararon por detrás, del lado de donde va el conductor, dejando un orificio bastante pequeño en el parabrisas trasero del carro, sin otro daño aparte de ese. Por fortuna salió ileso del ataque.

Pero lo más sorprendente es que este vecino regresa a su casa (obviamente asustado), guarda su carro en el parqueadero, y llama a la policía. Y después de eso, su carro ya no estaba .

Y, a juzgar por el pequeño daño sufrido por el carro, es ahí donde me pregunto ¿Qué pasó con el carro? ¿Lo arregló y lo vendió? ¿Qué pasará con los nuevos dueños que compren ese carro, si en verdad a mi vecino lo querían matar?

Es claro que, en caso de la venta de ese carro, que no tenía un daño de consideración, los compradores enfrentan el riesgo de ser víctimas de un nuevo atentado de los delincuentes que, se presume, no sabrían que mi vecino vendió su carro. A su vez, mi vecino no está obligado legalmente a informar que al carro se le cambió el vidrio trasero porque le dispararon (si mucho dirá que le pegaron con una piedra, por si en el peritaje técnico sale que el vidrio no es el de fábrica). Y por si fuera poco, no existe forma de comprobar que el carro sufrió un atentado, dado que los detalles de esas investigaciones son privados, incluso para las víctimas en algunos casos. Y como aquí no hubo un muerto de por medio, la Fiscalía no tiene razones para llevarse el carro a algún patio para que sirva de evidencia en algún juicio.

El problema con las casas.

Esta falta de conocimiento sobre lo que me atrevo a denominar, tal vez de manera equivocada, como los antecedentes penales de las cosas, también se extiende a las casas usadas, cuyo manejo en Colombia ha sido prácticamente nulo. Esto no pasa en Estados Unidos, en donde saber esta información hace que el valor de una propiedad baje considerablemente, lo que a su vez hace que el cánon de arrendamiento quede más barato en comparación con otras casas similares en la misma área. Es un detalle tan importante que en algunos estados la Ley obliga a los propietarios a informar si en la casa hubo asesinatos o cualquier crimen.

Pero en Colombia, un propietario no está obligado a contar las historias espeluznantes de las casas. Salvo en casos muy reconocidos y mediáticos (como la masacre de Posetto, que inspiró el libro Satanás), o en casos donde el vendedor sea el mismo Estado (y esté vendiendo las cosas a las que les aplicó extinción de dominio), un comprador de una casa usada está completamente a oscuras sobre los «antecedentes penales de la casa». Esta es una asimetría de la información que, desde un punto de vista económico, juega en contra de las posibilidades del posible comprador de obtener la misma casa a un precio más económico, o de desistir de comprarla si quiere proteger a su familia de otro atentado, o en su defecto, si sus creencias y supersticiones lo llevan a creer que en esa casa hay fantasmas.

Y el gran problema con los compradores

Bueno, supongamos que usted está vendiendo un carro o una casa con procedencia legal, y sabe que no ha sufrido ningún atentado o se ha cometido un delito en esa propiedad. Pero, ¿Está seguro que el comprador es quien dice ser? ¿Sabe qué podría pasar si ese comprador está en la Lista Clinton?

Según Wikipedia, La Lista Clinton «es como se le conoce a la lista negra de empresas y personas vinculadas de tener relaciones con dinero proveniente del narcotráfico en el mundo»

La misma fuente informa sobre la gravedad de estar en dicha lista, que se actualiza cada mes y en la cual cualquier persona puede entrar, sin siquiera ser procesada por algún delito en Colombia:

En Colombia, uno de los países más afectados por la guerra contra el narcotráfico, se calcula que más de mil personas y más de 600 empresas han aparecido en la lista desde el 1995. Las personas y empresas colombianas dentro de esta lista no incurren en delito en el país pero sí ven limitados sus transacciones con entidades bancarias. También hubo casos en que aparecen en la lista personas que nunca han tenido relación con dineros ilícitos y se han visto perjudicadas, algunos por haber trabajado en empresas que también fueron incluidas en la lista por considerarse fachadas para el narcotráfico y otros que fueron incluidos por error al tener nombres similares a personas relacionadas con el narcotráfico.

Y si esto no le convence, lo invito a leer lo que le pasó a esta señora que estuvo en la Lista Clinton, a pesar de que ni siquiera está siendo investigada por narcotráfico. O a este señor, que a pesar de hacer parte de un club prestante de Bogotá fue incluído en esa lista.

Pero claro, en este punto usted piensa que ese es un problema de quien esté en esa lista, y que eso no le impide hacer negocios. Pero el problema es que hacer negocios con esas personas puede afectar su reputación. Y como el sistema financiero tendrá a esta persona bloqueada, usted sólo va a recibir el pago en efectivo, o a través de terceros que, tarde que temprano, entrarán a esa lista. En el primer caso, usted tendrá que dar una muy buena explicación sobre el por qué entra ese dinero. Si, el contrato le va a servir mucho en su defensa, pero no lo va a librar de rendir explicaciones. En el segundo caso, es posible que en el rastreo del dinero usted también termine incluído en esa lista.

La amplia divulgación que hace el gobierno estadounidense y la subsiguiente cobertura mediática contribuyen significativamente a generar la correspondiente alerta en el mercado. Empresas locales y extranjeras evitarán hacer negocios con personas incluidas en la lista, entre otros motivos, por el temor a que su propia reputación pueda verse afectada. Cabe señalar que dada la estrecha colaboración entre las autoridades estadounidenses y colombianas, la inclusión en la lista probablemente lleve aparejada investigaciones judiciales en Colombia. ¿Cómo mitigo mi exposición a este riesgo? La receta varía según se trate de una entidad financiera, una firma de abogados o un pequeño negocio familiar. El alcance de los esfuerzos de cumplimiento con las regulaciones y leyes de la Ofac será diferente dependiendo de la actividad y perfil de riesgo. Sin embargo existe un denominador común. Conozca a sus potenciales (o actuales) clientes, contrapartes y terceros en una transacción y obtenga información sobre sus actividades y reputaciones. Consiga todas las referencias que estime necesario y, de requerirlo, apóyese en firmas independientes especializadas. De esta forma estará mejor equipado para medir el riesgo y adoptar decisiones informadas para prevenirlo. Adicionalmente, lo anterior le ayudará a probar su buena fe y debida diligencia en una transacción en caso de que surja un incidente y obtendrá un trato más favorable por parte de la Ofac. (fuente, Portafolio (con acceso al 12 de marzo de 2017)

¿Y entonces, qué podemos hacer frente a esto? ¿Qué recomienda usted como abogado?

Como ya lo dije antes, la Ley no obliga a un vendedor a informar sobre los antecedentes penales de una cosa. Es más, un vendedor ni siquiera está obligado a informar su procedencia (en Colombia, es legal la venta de cosa mueble ajena, siempre que esa compra sea de buena fe. Es decir, que el comprador no sepa de que lo que compró sea robado). Así que, mientras esperamos un cambio de legislación que exija a todos los vendedores informar sobre todos los hechos ilícitos, lo único que le puedo recomendar es esto:

  1. Preguntar si el bien a comprar, sea carro o casa, tiene un antecedente judicial: Y no sólo al vendedor, sino a toda persona que pueda tener cercanía con esos bienes (como los vecinos del vendedor)
  2. Comprar y vender cosas usadas a través de intermediarios de confianza. Es mil veces mejor pagarle una comisión a una inmobiliaria o a un concesionario que enfrentar el riesgo de recibir cosas usadas de dudosa procedencia y con historias oscuras. Esto no garantizará que le vayan a decir la verdad sobre los hechos ilícitos ocurridos con relación, o al interior de, ese bien que va a comprar.
  3. Si puede, revise si su comprador está en la lista Clinton. Es fácil, si sabe inglés. La lista es accesible y cada mes se actualiza. La puede consultar aquí.

Una respuesta a “Lo que nadie tiene en cuenta cuando compra carros y casas usadas en Colombia”

  1. Buen dia Dr.Juan Carlos,necesito de su ayuda, tengo un inconveniete con un cobro de honorarios de abogado, por concepto cuotas de administracion, el punto es que no se me notifico, por parte del administrador y en el momento de ponerme al dia con el pago me estan exigiendo el pago de los honrarios, mi pregunta es, puedo yo solicitar la exoneracion del pago por honorarios del abogado? puedo acogerme al articulo 15 de la constitucion? agradezco su amable atencion a mi solicitud. buen dia

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