Hoy quiero compartirles el texto de Andrés Betancor, abogado español que tiene un blog interesante. En el texto, él habla sobre algo que siempre he sostenido y que fue, de hecho, una de las razones por las que decidí abrir este blog en 2011 y decidí darle el enfoque que tiene.
«Nassim Nicholas Taleb es fuente inimaginable de afirmaciones que te conducen a la reflexión. Es difícil, cada vez más difícil, encontrar libros que te hagan meditar. Otra de las sentencias que, para los académicos, debería ser tenida en cuenta es la siguiente: «Confío en que haya afianzado lo bastante la idea de que, como profesional, mi pensamiento está enraizado en la creencia de que no podemos ir de los libros a los problemas, sino al contrario, de los problemas a los libros. Este planteamiento elimina gran parte de la verborrea que se emplea para construirse una carrera. El estudioso no debería ser una herramienta de la biblioteca para construir otra biblioteca, como en el chiste de Daniel Dennett» (El cisne negro, Paidós, Barcelona, 2011, p. 388).
En el mundo del Derecho es muy frecuente, extraordinariamente frecuente, que se cumpla la máxima criticada por Taleb. Solemos ir de los libros a los problemas. Estos nos hace caer en la auto-complacencia, el onanismo intelectual. Se termina escribiendo para los colegas pero como estos están enfrascados en su contribución al engrandecimiento de las bibliotecas, o sea, su propio onanismo, se produce una incomunicación que empobrece el desarrollo de las elaboraciones académicas o «científicas» sobre el Derecho. El onanismo no contribuye a la comunicación, al contrario. Es profundamente auto-referencial. Este camino nos conduce a la insignificancia. Es una reflexión que nos debería hacer meditar.»
Tomado del blog Ecoregulación (con acceso el 5 de mayo de 2018)
Todo profesional está plenamente capacitado para resolver problemas. Esa es su razón de ser. Por lo que ese vicio de los abogados de escribir «para sus colegas» (como dice el autor) habla muy mal de la profesión y sólo demuestra un afán de algunos colegas de lagartear puestos o mostrar unas capacidades intelectuales que, por demás, no tiene.